Las frases más interesantes sobre la tierra

Las frases más interesantes sobre la tierra

12 cit.
Donde quiera que se viva, en cualquier forma en que se viva, sean cuales sean las costumbres y creencias de cada uno, no podemos dejar de dar las gracias a la tierra. Nuestra madre tierra, la cual, a pesar de las muchas crueldades que le hemos hecho, sigue protegiéndonos de manera plácida y protectora, a la espera de que un día, todo el mundo entienda que haciéndole daño, nos hacemos daño a nosotros mismos. Hoy es el día internacional de la Madre Tierra y lo celebramos con la siguiente recopilación de frases.

Del libro: La casa de los espíritus

“Nunca hay que vender la tierra. Es lo único que queda cuando todo lo demás se acaba.”

Isabel Allende

De la película: La leyenda del pianista en el océano

“La Tierra es un barco demasiado grande, una mujer demasiado hermosa, una música que no sé tocar.”

“La riqueza del suelo entre nosotros no sólo no aumenta, sino tiende a desaparecer.”

Arturo Uslar Pietri

De la película: Búho gris

“No somos los amos de esta tierra. Somos sus hijos.”

Del libro: La vida de los elfos

“Sin tierra, el alma está vacía, pero sin relatos, la tierra está muda.”

Muriel Barbery

“La tierra no pertenece a un pueblo, sino a todos los pueblos.”

Abdu'l-Bahá

“Soy tuyo, madre tierra: me invade el parentesco inevitable y hondo de tu ritmo en mi sangre, porque pese a mi miedo, a mi apego a la vida, hay algo en mis adentros que espera y desespera por regresar a ti.”

Elías Nandino

“La tierra es un bien irremplazable, un fluido feliz, un toque absorto. Como una tentación sin precedentes hecha a la vez de ardor y de renuncia. Una inmersión gustosa, un filtro lento.”

Juan Gil-Albert

“¡Oh tierra, antes y ahora, siempre fecunda y bella!”

Rosalía de Castro

“Protegida está el alma de la tierra.”

Juan Antonio Villacañas

“La salud humana es un reflejo de la salud de la tierra.”

Heráclito de Efeso

“La tierra es benigna, mansa, indulgente y asidua servidora en todas nuestras necesidades. ¡Cuántas cosas se la obliga a producir, cuántas entrega generosamente! ¡Cuántos aromas y sabores, qué jugos, tactos y colores! ¡Con qué honradez nos devuelve multiplicado el caudal que, le confiamos! ¡Cuántas cosas produce para nuestro bien!”

Plinio el Joven

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