“Cuando leo las obras de un genio que escribe sin método, yo me imagino hallarme en un bosque donde abundan los objetos más excelsos, que surgen aquí y allí en la mayor confusión y desorden. Mas cuando leo un discurso bien ponderado, véome en parque bien cultivado, donde puedo situarme en sus diversos puntos céntricos, desde los que es posible contemplar el espectáculo de todas las alamedas y paseos abiertos en él. Por el uno puedo discurrir todo un día y descubrir a cada momento algún nuevo paraje; pero al cabo del día no me quedaré sino con una impresión confusa e imperfecta del lugar. Por el contrario, en el otro, mis ojos dominan toda la perspectiva y me dan de él una idea clara, que no se borrará fácilmente de mi memoria.”
Joseph Addison