Frase de Vicente Blasco Ibáñez
“Remendaban los caballos como si fuesen zapatos viejos; explotaban su debilidad hasta el último momento, prolongando su agonía y su muerte. Quedaban en el suelo pedazos de intestinos, cortados para facilitar la operación del «arreglo». Otros fragmentos de sus entrañas estaban en el redondel cubiertos de arena, hasta que muriese el toro y los mozos pudieran recoger estas piltrafas en sus espuertas. Muchas veces, el trágico vacío de los órganos perdidos remediábanlo los bárbaros curanderos con puñados de estopa introducidos en el vientre. Lo importante era mantener en pie a estos animales unos cuantos minutos más, hasta que los picadores volviesen a salir a la plaza: el toro se encargaría de rematar su obra... Y los jacos moribundos sufrían sin protesta esta lúgubre transfiguración.”
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(Sangre y arena)
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Comentarios sobre la frase
Frases afines“Por mucho que se enmascare con un esteticismo hortera o con un flato poético, una corrida de toros en directo o en diferido es el espectáculo basura por excelencia, aunque lo presida el Rey de España y le guste a algún chino.”
- Del libro: Sangre y arena
- La trovi in Animales
“Llamar fiesta a un rito tan sangriento como una corrida de toros es lo contrario de llamar sacrificio al rito incruento de la misa.”
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