Frase de William Robertson Davies
“durante la primera guerra mundial algunos soldados ingleses salían de las trincheras a la carga, al grito de «¡Mermelada!», pronunciándolo con un tono cómicamente caballeresco, como si fuera un heroico grito de guerra. Los alemanes nunca se pudieron acostumbrar a aquello. Se rompían la cabeza sin cesar para entender el misterio, porque para un alemán no es concebible que un hombre en pleno combate quiera ser gracioso, dense ustedes cuenta. Yo más bien pienso que los ingleses de ese modo pretendían desmantelar el horror de la situación para no prestar demasiada atención a la proximidad de la muerte. Una vez más, el humor era en esencia maligno. Si hubieran pensado a fondo en la realidad de su situación, dudo que hubieran salido siquiera de las trincheras. Lo cual podría haber sido provechoso. —No teoricemos sobre el humor, Jurgen —dijo Ingestree—. No sólo es totalmente infructuoso sino que además resulta un tema de conversación aburridísimo.”
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libro (El mundo de los prodigios)
13/03/2012 a las 08:03 Valoración mediaexcelente2Curiosidades 174
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Comentarios sobre la frase
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