“En el mundo de los juegos, estamos obligados a definir y ejecutar las tareas; si las definiciones son confusas o están mal articuladas, tendremos dificultades a la hora de jugar. Podemos disfrutar de un libro sin pensar de forma explícita adónde nos llevará la narración dentro de dos capítulos, pero en los juegos necesitamos tanto planificar a largo plazo como centrarnos en el tiempo presente. En cierto sentido, la analogía más acertada del modo en que piensan los jugadores es cómo piensan los programadores cuando escriben códigos: una serie encapsulada de instrucciones con múltiples capas, centradas unas en las tareas básicas de meter y sacar información de la memoria, otras en funciones de nivel superior, por ejemplo, cómo presentar al usuario la actividad del programa. Un programa es una secuencia, no un relato; un videojuego genera un conjunto de episodios que, en retrospectiva, esbozan un relato, pero los placeres y los retos de jugar no son equiparables a los placeres de seguir el hilo de una historia.”
Steven Berlin Johnson