Todas las frases de Manuel Vicent
“Nuestra generación ha entregado el alma a los contables y todas las pasiones que hoy nos conmueven se derivan de las estadísticas: para saber si somos felices, ahora se hacen encuestas.”
“Hoy el País Vasco es un cuerpo social infectado por una septicemia.”
“Nos mata el oxígeno. Morimos porque al respirar nos quemamos.”
“Sólo resucitan los que han muerto bien.”
“Si alguien concibe que una carnicería semejante puede servir de soporte a un arte, ya está preparado para admitir que la verdad puede ser extraída mediante la tortura en el sótano de una comisaría; si se admite que la belleza puede surgir de la sangre derramada, aunque ésta se inflija a un animal, es que uno ya tiene justificado en el corazón...” (continúa)(seguir leyendo)
“En España no eres nadie si no apareces amarrado a un habano con el codo en la maroma de Las Ventas contemplando la carne para albóndigas que los picadores y espadas preparan en el ruedo.”
“Hoy el mundo se ha transformado en una inmensa carpa de cristal sin salida alguna y nuestra condena consiste en no poder abandonar nunca el tendido y estar obligados a consumir, repetir, comentar y reproducir inexorablemente las imágenes idiotas, violentas y anodinas, que nos sirve la historia a través de un laberinto de espejos.”
“Hoy el poder que detenta un ejecutivo es aún directamente proporcional a la longitud de las piernas de su secretaria.”
“Por mucho que se enmascare con un esteticismo hortera o con un flato poético, una corrida de toros en directo o en diferido es el espectáculo basura por excelencia, aunque lo presida el Rey de España y le guste a algún chino.”
“El optimismo es una fuente de riqueza.”
“Es muy difícil ser feliz sin hacer el ridículo.”
“Toda mi filosofía se reduce a que la crueldad de la historia, la imbecilidad humana y los zarpazos de la naturaleza no me cieguen hasta el punto de ignorar que éste es el momento idóneo para plantar berenjenas.”
“Puede que sólo seas un pequeño cobarde que prefiere soportar la injusticia con tal de vivir incontaminado. Así te quieren ellos, dedicado a los versos en la villa horaciana, entre gallinas y lechugas, tú contemplando el crepúsculo y ellos llenando el saco.”
“Tejer y destejer la manga del jersey de Penélope a lo largo de los días con un ovillo con el que juega el gato, en eso consiste en el fondo la literatura.”
“La primera obligación de las personas consiste en no morirse, aunque las funerarias no estén de acuerdo.”
“Las desgracias ajenas pueden incluso desarrollar nuestras lágrimas, pero en el fondo ayudan a soportar el infortunio que todo el mundo arrastra, y aunque la castástrofe de otros despierta nuestra compasión, también nos provoca una secreta alegría morbosa por habernos librado esta vez.”
“Con mucha sabiduría, en el siglo XIX los políticos se dividían en moderados y exaltados. Entonces estaba claro que el destino de una sociedad dependía del carácter de sus gobernantes. Después de todo, un político, un juez, un obispo o un militar traslada al ejercicio del cargo las mismas pasiones que utiliza para jugar al tute o a la garrafina.”
“Los poderosos y los facinerosos tienen los mismos guardianes y cerrojos. Políticos de cualquier ideología, delincuentes de cuello blanco, mafiosos, capitanes de empresa, banqueros, divos del espectáculo, cardenales y papas de Roma, a todos los iguala un mismo guardaespaldas cuyo criterio es indispensable para aprender la última filosofía: cómo...” (continúa)(seguir leyendo)
“Nuestra iglesia ya no quema herejes, apenas imparte anatemas, ha rebajado el nivel de confrontación con la ciencia y las costumbres, pero se ha guardado las llaves de la vida y de la muerte. En ese peaje exige un tributo.”
“El silencio es el pensamiento abstracto por excelencia.”
“El estómago agradecido antes se debatía entre la sardina y el arenque; hoy, la ideología tiene menos valor que una ración de gambas.”
“Hay que celebrar el hecho de vivir tiempos de baja intensidad. Eso permite que la víctima o el verdugo, el héroe o el traidor, el asesino, el delator, el fusilado que cualquiera pueda llevar dentro no se asome a la superficie. Grandes tiempos mediocres y felices son éstos en que uno puede compartir el whisky en un cóctel con alquien que llegado...” (continúa)(seguir leyendo)
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