Todas las frases de Natalia Ginzburg
- Del libro: Las pequeñas virtudes
“Por lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes, sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia, sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia, sino la franqueza y el amor por la verdad; no la diplomacia, sino el amor al...” (continúa)(seguir leyendo)
- Del libro: Y eso fue lo que pasó
- Del libro: Las pequeñas virtudes
- Del libro: Las pequeñas virtudes
“Ama a tu prójimo como a ti mismo, dijo Dios. A nosotros esto nos parece absurdo: Dios dijo algo absurdo, impuso a los hombres algo que es imposible realizar. ¿Cómo amar a nuestro prójimo, que nos desprecia y no se deja amar? ¿Y cómo amarnos a nosotros mismos, si somos despreciables, pesados y tétricos?”
- Del libro: Las pequeñas virtudes
- Del libro: Las pequeñas virtudes
- Del libro: Las pequeñas virtudes
- Del libro: Las pequeñas virtudes
“Las relaciones humanas deben descubrirse y reinventarse todos lo días.”
- Del libro: Las pequeñas virtudes
“Hay un peligro en el dolor, así como hay un peligro en la felicidad, respecto a las cosas que escribimos. Porque la belleza poética es un conjunto de crueldad, de soberbia, de ironía, de ternura carnal, de fantasía y de memoria, de claridad y de oscuridad, y si no conseguimos obtener todo esto junto, nuestro resultado es pobre, precario y...” (continúa)(seguir leyendo)
- Del libro: Y eso fue lo que pasó
“Un marido es es una persona de la que una sabe siempre donde está.”
- Del libro: Y eso fue lo que pasó
“Cuando una muchacha está demasiado sola y lleva una vida demasiado monótona y agotadora, cuando se ve con poco dinero en el bolso y los guantes viejos, se le va la imaginación a diario detrás de tantas cosas que al final se encuentra indefensa ante todos los errores y trampas que pone la fantasía.”
- Del libro: Y eso fue lo que pasó
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