Frases de Patrick Rothfuss

“Sí, es como la vida misma —replicó ella—. Nos gustan las cosas dulces, pero necesitamos las amargas.”
Patrick Rothfuss

“Noté que una sonrisa empezaba a asomar lentamente a mis labios. Ya no me acordaba de cómo se sonreía.”
Patrick Rothfuss

“Entonces se derrumbó. Y aunque no había allí nadie que pudiera verlo, se tapó la cara con las manos y lloró en silencio, y una oleada tras otra de profundos y silenciosos sollozos sacudieron su cuerpo.”
Patrick Rothfuss

“—Por favor, Rian, ¿puedes cruzar las piernas? Hemme formuló ese requerimiento con tanta seriedad que no se oyó ni la más leve risita. Rian, desconcertada, cruzó las piernas. —Ahora que las puertas del infierno están cerradas —dijo Hemme con su tono normal, más brusco—, ya podemos empezar.”
Patrick Rothfuss

“Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.”
Patrick Rothfuss

“Adelgacé y mi aspecto físico empeoró. Dormía bajo la lluvia o bajo el sol, sobre la blanda hierba, sobre la húmeda tierra o sobre las piedras con una indiferencia que solo el sufrimiento puede proporcionar.”
Patrick Rothfuss

“Hay veleidad como la del viento o el capricho de una mujer.”
Patrick Rothfuss

“El sufrimiento puede afectar gravemente al corazón, y que las pasiones conducen a hombres buenos al delirio.”
Patrick Rothfuss

“Descubrí que solo enseñaba una asignatura: Matemáticas Improbables. Sin embargo, eso no me ayudó a localizarlo, pues según el registro, la hora de la clase era «ahora» y el lugar, «en todas partes».”
Patrick Rothfuss

“Si pretendes imponerle tu voluntad al mundo, debes controlar tu capacidad de creer.”
Patrick Rothfuss