Desastre arqueológico
Un día como cualquier otro limpiando en el Museo Egipcio de El Cairo. Desgraciadamente, alguien un poco torpe rompe una pequeña cosa. Le puede pasar a cualquiera limpiando. El problema es que esa pequeña cosa es la perilla de la máscara mortuoria de Tutankamón, la pieza más valiosa del museo, y quizás el descubrimiento arqueológico egipcio más famoso del mundo. Para evitar la retirada de la máscara durante un largo periodo para la restauración alguien ha tenido la ocurrencia de intervenir con un pegamento industrial muy potente e irreversible. Por desgracia quien realiza el trabajo, probablemente nervioso por hacerlo rápidamente para que nadie pueda darse cuenta, vierte una excesiva cantidad de este pegamento que al momento de volver a colocar la perilla, el pegamento sale y se nota. Entonces un operario interviene raspando el pegamento sobrante sin éxito, pero consiguiendo producir algunas rascadas en el rostro de la máscara. Un desastre detrás de otro. La única nota positiva es que el que rompió la máscara no ha impactado contra la esfinge, o una pirámide, porque para pegarlas ¿qué habrían inventado?
Comentarios sobre la noticia
Otras noticias