El auténtico saber

La última investigación proveniente de los EE.UU. nos dice que pensamos ser más inteligentes de lo que realmente somos. Hasta aquí nada preocupante, todos conocemos a personas presuntuosas que a menudo al hablar sientan cátedra. El verdadero problema es que esta investigación se llevó a cabo en sujetos que podían o no podían acceder a los motores de búsqueda. Y esta es la cuestión. Los que tenían la posibilidad de acceder a los buscadores pensaban ser más conscientes y saber más sobre cualquier tema, incluso cuando la búsqueda fallaba. Con la investigación ha quedado en evidencia que no sólo el conocimiento derivado de Internet es a menudo superficial, sino que, sobre todo, se le da una confianza ciega, y resulta preocupante, pensando en los más jóvenes, que derivan su conocimiento casi exclusivamente de los smartphone y la red. Por desgracia, para conocer una cosa a profundidad, y hacerla nuestra, a pesar de la tecnología, aún toca sudar y trabajar duro. Tal vez algún día, tendremos una ley que obligará a los buscadores de internet a escribir una advertencia, como el “fumar puede matar” de los paquetes de cigarrillos, diciendo “aquí encontrarás un conocimiento superficial”.