El gran despilfarro.

A pesar de ser todos conscientes de que mucha comida viene desperdiciada, seguramente pocos sospechaban que se pudiese llegar a tirar un tercio de la comida producida en el mundo. Las razones de tal desperdicio son varias, pero la única solución sería un cambio de mentalidad radical. Tendrían que ser precisas líneas políticas a dirigir los comportamientos y los consumos y evitar así ese abismo vergonzoso entre el que tiene comida que tirar y el que muere de hambre. Sin embargo la sensación es que a menudo, por parte de los políticos, la única iniciativa que hacen contra el desperdicio de comida es lucir un evidente sobrepeso. Seguramente es poco.