El Idiota
Título: El Idiota
Título original: Идіотъ
Autor:Fiódor Mijáilovich Dostoyevski
Año de primera publicación: 1869
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Autor:Fiódor Mijáilovich Dostoyevski
Año de primera publicación: 1869
Contenuto: Después de la espléndida actuación del culpable en Crimen y Castigo, Dostoievski retrata ahora a un hombre de pura inocencia. El príncipe Myshkin, de veintiséis años, después de una estancia de varios años en un sanatorio suizo, regresa a Rusia para recoger una herencia y estar entre la gente. Antes de llegar a casa, conoce al sombrío Rogozhin, el hijo de un rico comerciante cuya obsesión por la bella Nastasya Filippovna finalmente lleva a los tres a un trágico desenlace. En San Petersburgo, el príncipe se encuentra como un extraño en una sociedad obsesionada con el dinero, el poder y la manipulación. El escándalo desemboca en un asesinato cuando Dostoievski rastrea el sorprendente efecto de este "hombre definitivamente bello" en quienes lo rodean, lo que lleva a una escena final que es una de las más potentes de toda la literatura mundial.
Frases de “El Idiota” 11 citas
“¿Y qué, si esto es enfermedad? ¿Qué importa que se trate de una tensión anormal si su resultado, tal como lo considero y analizo cuando vuelvo a mi estado corriente, contiene armonía y belleza en el máximo grado, y si en ese minuto experimento una sensación inaudita, insospechada hasta entonces, de plenitud, de ritmo, de paz, de éxtasis devoto...” (continúa)(seguir leyendo)
“La experiencia es decisiva y demuestra que no se puede vivir aprovechando cada instante. Es imposible.”
“Pero prefiero hablarles de otro hombre a quien he conocido el año último. En su caso hay una circunstancia rara, en el sentido de que pocas veces se produce. Este hombre había sido conducido al cadalso y se le había leído la sentencia que le condenaba a ser fusilado por un crimen político. Veinte minutos después llegó el indulto. Pero entre la...” (continúa)(seguir leyendo)
“Por regla general, estos caballeros que lo saben todo llevan los codos rotos y ganan diecisiete rublos al mes. Las personas de quienes conocen tantos detalles se quedarían muy confusas si lograran saber cómo y por qué estos señores omniscientes están tan bien informados de sus existencias. Sin duda los interesados encuentran algún consuelo...” (continúa)(seguir leyendo)
“Sabiendo lo fácilmente que se adquieren costumbres suntuarias y lo difícil que es prescindir de ellas después, una vez que el lujo se convierte en necesidad.”
“Es imposible, en efecto —dijo Michkin—. Lo reconozco. Y, sin embargo, no puedo dejar de creer...”
“No me hablen de prosperidad, de riquezas, de la rareza de las carestías, de la rapidez de los medios de transporte... Hoy hay más riquezas, pero menos fuerza. Ya no existe idea alguna que una los corazones: todo se ha ablandado y relajado, todo está lisiado y nosotros también.”
“Es la indolencia humana la que hace que la gente tienda a clasificarse en virtud de las apariencias y no encuentre nada común entre sí...”
“Un príncipe en sus sentidos cabales y suficientemente digno no se habría quedado en la antesala ni contado sus intimidades a un sirviente.”
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