El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
Título: El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
Título original: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
Autor:Miguel de Cervantes
Año de primera publicación: 1606
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Autor:Miguel de Cervantes
Año de primera publicación: 1606
Frases de “El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” 30 citas
“¡Oh, memoria, enemiga mortal de mi descanso!”
“Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.”
“No huye el que se retira.”
“Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro.”
“Bebo cuando tengo gana, y cuando no la tengo y cuando me lo dan, por no parecer o melindroso o malcriado.”
“Y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro.”
“Mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón, sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas donde me sea forzoso mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no estornudar ni toser si me viene gana, ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad traen consigo.”
“Soy el desdichado Cardenio, a quien el mal término de aquel que a vos os ha puesto en el que estáis me ha traído a que me veáis cual me veis.”
“Lo que sería peor, hacerse poeta; que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza.”
“La virtud más es perseguida de los malos que amada de los buenos.”
“— Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento.”
“Que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso y entiendo, que sólo la discreta...” (continúa)(seguir leyendo)
“Mirad, amigas: a cuatro suertes de linajes, y estadme atentas, se pueden reducir todos los que hay en el mundo, que son éstas: unos, que tuvieron principios humildes, y se fueron estendiendo y dilatando hasta llegar a una suma grandeza; otros, que tuvieron principios grandes, y los fueron conservando y los conservan y mantienen en el ser que...” (continúa)(seguir leyendo)
“— Es un bálsamo —respondió don Quijote— de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna. Y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que, cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo (como muchas veces suele acontecer),...” (continúa)(seguir leyendo)
“Diálogo entre Babieca y Rocinante:
B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. Porque nunca se come, y se trabaja.
B. Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. No me deja mi amo ni un bocado.
B. Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna a la mortaja. ¿Queréislo ver?...” (continúa)(seguir leyendo)“— ¡Ay señor! —dijo la sobrina—, bien los puede vuestra merced mandar quemar, como a los demás, porque no sería mucho que, habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo éstos, se le antojase de hacerse pastor y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo; y, lo que sería peor, hacerse poeta; que, según dicen, es...” (continúa)(seguir leyendo)
“— ¡Oh, qué mal se le entiende a vuesa merced —replicó el del Bosque— de achaque de alabanzas, señor escudero! ¿Cómo y no sabe que cuando algún caballero da una buena lanzada al toro en la plaza, o cuando alguna persona hace alguna cosa bien hecha, suele decir el vulgo: ¡Oh hideputa, puto, y qué bien que lo ha hecho!? Y aquello que parece...” (continúa)(seguir leyendo)
“En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero: — La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y...” (continúa)(seguir leyendo)
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