Por qué soy católico
Título: Por qué soy católico
Título original: The Thing: Why I am a Catholic
Autor:Gilbert Keith Chesterton
Año de primera publicación: 1929
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Autor:Gilbert Keith Chesterton
Año de primera publicación: 1929
Frases de “Por qué soy católico” 12 citas
“Hacer del confesionario el auténtico trono de la sinceridad, cuando el mundo exterior se confabula para atacarlo; defender y practicar la humildad cuando todo el mundo es orgulloso; acusarlo de practicar una caridad sentimental cuando el mundo entero practica un utilitarismo brutal; acusarlo de un dogmatismo severo cuando el mundo está lleno de...” (continúa)(seguir leyendo)
“¿Qué es lo que marca mejor a la Iglesia Universal? Pues que ofrece a toda persona lo que más necesita y que no puede conseguirse en ninguna otra parte.”
“Quien pretenda explicar el fenómeno de la conversión basándolo en cualquiera de los sistemas que lo reducen a una forma de ilusión se condena a no hallar respuestas. Si se parte de la idea de que la conversión puede resultar de esta o aquella o cualquier otra causa equivocada, o particularmente limitada e insuficiente, se acaba pensando que es...” (continúa)(seguir leyendo)
“Un pecado confesado, y del cual uno se arrepienta como es debido, queda totalmente abolido.”
“La gente hace cosas que no define o no defiende.”
“Los peores fallos que pudo tener el catolicismo fueron incrementados por el protestantismo.”
“Siempre me ha impresionado y aun emocionado el hecho de que en la santa invocación del Tantum Ergo, que parece llegarnos cargada de épocas pasadas, todavía late el lenguaje de la innovación, como en un documento antiguo que ha de eclipsarse ante el nuevo rito. Para nosotros, el himno sigue siendo algo parecido a ese documento antiguo. Pero el...” (continúa)(seguir leyendo)
“La Iglesia ha tenido una infinidad de oportunidades de morir, incluso de ser dignamente enterrada, pero cada nueva generación se ha dedicado pertinazmente a llamar a la puerta. Es más, siempre ha llamado con renovadas fuerzas cuando se ha tratado no de la puerta, sino de la tapa del ataúd donde habían sido prematuramente depositados sus restos.”
“Si hoy le preguntáramos a cualquiera si se salvará gracias a la teología, o si el hacer el bien al prójimo (a los pobres, por ejemplo) nos conducirá al Reino de los Cielos, sin duda nos contestaría que a Dios le resultan más gratas las buenas obras que la teología. Presumiblemente se quedaría muy sorprendido al saber que durante los últimos...” (continúa)(seguir leyendo)
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