Frases de “La noche de la iguana”

“Es como un ciego trepando por una escalera que no lleva a ninguna parte.”

“- No puedo aprobar que una persona a la cual respeto se conduzca con la crueldad de un chiquillo.
- ¡Qué puede respetar en mí un hierático Buddha femenino como usted?
- Yo respeto a cualquiera que haya tenido que luchar y clamar por su dignidad.”

“- ¡Tengo pánico! ¡Se puede morir de pánico!
- No cuando se disfruta con él tanto como usted, señor Shannon.”

“La aceptación de la vida es sin duda el primer requisito para vivirla.”

“Soy un ser humano, y cuando un ser de esta especie única hace nido en el corazón de otro, las cuestiones de permanencia y propagación no son lo primero ni tampoco lo último digno de considerar; lo más importante es que uno ya nunca está solo.”

“Yo no miro un hogar como una casa, ladrillos y piedras. Yo considero un hogar como algo que dos seres poseen entre ellos, en el cual pueden anidar, descansar, vivir idealmente hablando.”

“Sé que es prácticamente imposible para cualquiera darse cuenta de que a uno no le quieren cuando está enamorado de quien cree que le quiere.”

“En el banco de los sentimientos el hombre tiene un saldo limitado, en el mío ya no queda nada, todo se agotó. No puedo extender un cheque porque no quedan fondos que retirar.”

“- Hice lo que me pedía y él cumplió su promesa, se volvió de espaldas a mí hasta que le dije ya está. Y le di la prenda que me había pedido.
- ¿Y qué hizo con ella?
- No lo sé, miré al otro lado.
- ¿Y a eso lo llama usted una...?
- ¿Experiencia amorosa? Pues sí señor Shannon.
- Conque a ese triste y sucio episodio le llama usted eso.
-...” (continúa)(seguir leyendo)

“- En realidad yo he descubierto algo en que se puede creer.
- ¿En qué?
- En que se rompan las barreras que nos separan unos de otros, en que nos ayudemos mutuamente en noches como esta.”

“- ¿Pues cuál es mi problema señorita Jelkes?
- El más viejo del mundo: la necesidad de creer en alguien o en algo casi en cada uno y casi en cada cosa.”

“Debe de ser mi amado jefe. Amado, pero no por mí.”

“- Eres muy hombre cuando peleas con un pescado muerto.
- ¿Qué ha querido decir?
- Que te enfrentarías lo mismo con un hombre que con un tiburón, siempre que los dos estuvieran muertos.”

“- Señora Faulk, soy una solterona de Nueva Inglaterra que está cerca de los cuarenta.
- ¡Y quién no lo está!”

“- Ha sacado sus cigarrillos, ha visto que sólo le quedaban dos y no pudiendo comprar otro paquete, ni siquiera de esa clase barata, los ha guardado para luego, ¿exacto?
- Cruelmente exacto, señor Shannon.
- Pero cuando le he pedido uno me lo ha dado sin el menor signo de disgusto.
- Saca usted consecuencias muy grandes de una cuestión muy...” (continúa)(seguir leyendo)

“- Fantástico, francamente fantástico.
- Fantástico parece ser su palabra favorita señor Shannon.
- Señorita Jelkes, se vive en dos planos distintos.
- ¿Sólo en dos?
- El plano fantástico y el plano real. Son los dos sobre los cuales vivimos, ¿pero cuál es en verdad el real?
- Yo diría que los dos, señor Shannon.
- Pero cuando uno, cuando...” (continúa)(seguir leyendo)

“Eres tan peligrosa como joven y adorable. Y es el hecho de ser joven y adorable lo que te hace tan peligrosa. Potencialmente destructiva sobre un hombre destructible.”

“¡Y aquí estamos ahora señor Shannon, como dos espantapájaros en lo alto de esta loma que azota el viento sobre la cuna de la vida!”