Frases comunicar
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Comunicar es intercambiar palabras, sentimientos, o información con los demás. Ellos se comunicaban a través de mensajes de texto y compartiendo fotografías, pero el abrazo que dio a su madre cuando llegó a casa de la universidad comunicó más amor que cualquier mensaje instantáneo.
¡Hay innumerables maneras de comunicarse! El uso de un signo de exclamación en la frase anterior es una manera de comunicar el entusiasmo por las muchas maneras con las que uno puede comunicarse. Una expresión facial puede comunicar alegría o enojo y algo escrito puede comunicar ideas e instrucciones. Los hombres de las cavernas aprendieron a comunicarse haciendo uso de las paredes de la cueva, y la gente en los tiempos modernos se comunica electrónicamente. De cerca o de lejos, los seres humanos y los animales - y algunos dirían que también los extraterrestres - han nacido para comunicarse. No dejes de leer la siguiente selección de frases, citas y aforismos sobre el comunicar.
“La claridad es el ornato de los pensamientos profundos.”
“Los poetas pueden definirse como los seres que saben decir mejor que nadie dónde les duele.”
“Él conocía el momento psicológico preciso en que no tenía que decir nada.”
- Del libro: Diez días de julio
“El comisario siempre nos decía que las palabras se las lleva el viento y que todas las cosas había que comunicarlas por escrito.”
“Las figuras son los cauces de la expresión oral, como los gestos lo son de la expresión facial.”
“Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia.”
“Un corazón misionero sabe de esos límites y se hace «débil con los débiles [...], todo para todos» (1 Co 9,22). Nunca se encierra, nunca se repliega en sus seguridades, nunca opta por la rigidez autodefensiva. Sabe que él mismo tiene que crecer en la comprensión del Evangelio y en el discernimiento de los senderos del Espíritu, y entonces no...” (continúa)(seguir leyendo)
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar...” (continúa)(seguir leyendo)
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