Frases sobre el miedo
En archivo 1114 frases, aforismos, citas sobre el miedoMiedo
¿La visión de una serpiente te causa pánico y te dan ganas de huir lo más rápido posible? Si es así, significa que tienes miedo de las serpientes. La gente está llena de miedos: miedo de los insectos, las armas, las alturas, y así sucesivamente. Las películas de terror son las que tratan de aterrorizar lo más posible a los espectadores. Sin embargo, algunos miedos tienen más sentido que otros: saltar desde un avión en vuelo puede hacer que te paralizes por el miedo - compensibile - pero el miedo a hablar en público no es tan lógico - tranquilo, no morirás. El miedo incluye, obviamente, la ansiedad y esta sensación puede ser emocionalmente muy desagradable. Ya que todos tenemos por lo menos uno tienes que leer esta recopilación de frases, citas y aforismos sobre el miedo.
- Del libro: La madre
“Así que, ¡ayúdame! ¡Dame libros! ¡Libros de esos que siembran un eterno desasosiego en los hombres que los leen! ¡Hay que sembrar los cerebros de erizos, de erizos con púas!”
- Del libro: Las Confesiones
“La prodigalidad pretende hacerse pasar por desprendimiento; pero tú eres el generoso dador de todos los bienes. La avaricia ambiciona poseer muchas cosas, pero tú lo tienes todo. La envidia pleitea por la superioridad; pero, ¿qué hay que sea superior a ti? La ira busca vengarse; pero, ¿qué venganza puede ser tan justa como las tuyas? El temor es...” (continúa)(seguir leyendo)
“Aún notaba el temblor de su corazón, como un pájaro enjaulado batiendo las alas contra mi pecho.”
- Del libro: Legado
“El futuro será el que tenga que ser, y preocupándote por él solo aumentarás la probabilidad de que tus miedos se hagan realidad.”
- Del libro: Dime quién soy
“—Nunca fui una revolucionaria —aseguró la tía Irina—, pero Giorgi sí lo era y, bueno, llegué a creer que tenía razón, que el pueblo viviría mejor, que construirían una sociedad con más libertades, pero ahora hay más miedo que en tiempos del zar.”
“Se aplastó con manos húmedas los párpados ardientes como si quisiera robarle la vista al cerebro mismo, empujando los globos de los ojos hasta el fondo de las órbitas. Pero era inútil. El cerebro disponía de su propio alimento, en el que se cebaba, y la imaginación, lanzada a grotescos excesos por el terror, se retorcía y deformaba como un ser...” (continúa)(seguir leyendo)
- Del libro: El juego de Ender
En realce