Frases sobre el rezar
En archivo 161 frases, aforismos, citas sobre el rezarRezar
Rezar es hablar con una deidad o un dios. Algunas personas rezan pidiendo ayuda u orientación.
La mayoría de los creyentes religiosos rezan en una forma u otra - algunos rezan en voz alta, dando gracias a Dios por las cosas que tienen. Otros rezan en silencio cuando tienen miedo o están preocupados, o en grupo en una iglesia o templo. Ahora te rogamos que des un vistazo a esta selección de frases, citas y aforismos sobre el rezar.
“Orar el Rosario es estar junto a la Virgen María, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y notar que Ella nos acompaña en cada tribulación, en cada temor y enfermedad. Los problemas pueden perseverar, pero no se perciben ni enfocan de la misma manera si sentimos la compañía de la Madre de Dios. Con Ella al lado se nota el roce de su paz, de su amor,...” (continúa)(seguir leyendo)
“Por su parte, sospechaba que el Señor no se impresionaba con tanta facilidad, que siempre se conmovía más con las plegarias sencillas que nacían directamente del corazón.”
- La trovi in Familia
- La trovi in Guerra y Paz
“Mi arma mayor es la plegaria muda.”
- La trovi in Religión y Espiritualidad
“Ciertos pensamientos son plegarias. Hay momentos en que, sea cual fuere la actividad del cuerpo, el alma está de rodillas.”
- Del libro: Imitación de Cristo
“Señor, librarme; porque yo, pobre, ¿qué puedo hacer, y adónde iré sin Ti? Dame paciencia, Señor, también en este trance. Ayúdame, Dios mío, y no temeré por más atribulado que me halle. Y entre estas congojas, ¿qué diré ahora? Hágase, Señor, tu voluntad. Bien he merecido yo ser atribulado y angustiado. Aún me conviene sufrir; y ¡ojalá sea con...” (continúa)(seguir leyendo)
- Del libro: Imitación de Cristo
“Jesucristo: Hijo, yo soy el Señor, que conforta en el día de la tribulación. Ven a Mí, cuando no te hallares bien. Lo que más impide la consolación celestial, es que muy tarde vuelves a la oración.”
- Del libro: Imitación de Cristo
“Sea tu nombre, Señor, para siempre bendito, que quisiste que viniese sobre mí esta tentación y tribulación. Yo no puedo huirla; sino que necesito acudir a Ti, para que me ayudes, y me la conviertas en provecho. Señor; ahora estoy atribulado, y no le va bien a mi corazón; sino que me atormenta mucho esta pasión. Y ¿qué diré ahora, Padre amado?...” (continúa)(seguir leyendo)
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