Miguel Costa

  • El 17/01/2016 a las 11:35 ha votado

    Ahora el viento mece suave las olas, la brisa peina tus cabellos nebulosos en esta exigua calma efímera donde tu amor sincero es eterno.

  • El 17/01/2016 a las 11:35 ha votado

    El demonio siempre vive al acecho, en cada remoto lugar, en cada morada sombría, en cada pasaje tétrico.

  • El 17/01/2016 a las 11:35 ha votado

    Pasaron los minutos, lentos, parsimoniosos, como el mismo miedo, el terror, el pánico angustioso a la muerte.

  • El 17/01/2016 a las 11:35 ha votado

    Envuelta en un ligero vestido carmesí, de sus hombros brotaban dos grandes alas azabaches. Sus ojos eran tan negros como la muerte y de ellos emergía algo siniestro.

  • El 17/01/2016 a las 11:35 ha votado

    Los seres superiores se maravillaron con su belleza, pero también se sorprendieron con su simplicidad y su rostro severo.

  • El 17/01/2016 a las 11:35 ha votado

    Tempestades estremecen el cosmos nos envuelven y atrapan con su rencor. Nos encierran en lóbregas moradas oscuras y sombrías como la noche.