raquel campos

  • El 06/05/2016 a las 20:26 ha añadido a favoritos

    El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos.

  • El 06/05/2016 a las 20:26 ha votado

    El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos.

  • El 06/05/2016 a las 20:26 ha añadido a favoritos

    El amor no mira con los ojos, sino con el alma.

  • El 06/05/2016 a las 20:26 ha votado

    El amor no mira con los ojos, sino con el alma.

  • El 06/05/2016 a las 20:25 ha añadido a favoritos

    Oír con los ojos es una de las agudezas del amor

  • El 06/05/2016 a las 20:25 ha votado

    Oír con los ojos es una de las agudezas del amor

  • El 06/05/2016 a las 20:25 ha añadido a favoritos

    El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen.

  • El 06/05/2016 a las 20:25 ha votado

    El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen.

  • El 06/05/2016 a las 20:25 ha añadido a favoritos

    Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco por lo mucho que tenemos.

  • El 06/05/2016 a las 20:25 ha votado

    Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco por lo mucho que tenemos.

  • El 06/05/2016 a las 20:24 ha añadido a favoritos

    Que nadie presuma de saber traducir los sentimientos de una mujer joven al obtener la seguridad de un amor para el que apenas se atreviera a guardar una esperanza.

  • El 06/05/2016 a las 20:24 ha votado

    Que nadie presuma de saber traducir los sentimientos de una mujer joven al obtener la seguridad de un amor para el que apenas se atreviera a guardar una esperanza.

  • El 06/05/2016 a las 20:23 ha añadido a favoritos

    Yo no tengo dinero. Ni propiedades. Dependo totalmente de mi lunático y estrafalario tío. Aún no puedo proponerle matrimonio, pero debe saber lo que siento: Jane, soy suyo. Dios, suyo. Soy suyo en cuerpo y alma. Aunque no sirva de mucho.

  • El 06/05/2016 a las 20:23 ha votado

    Yo no tengo dinero. Ni propiedades. Dependo totalmente de mi lunático y estrafalario tío. Aún no puedo proponerle matrimonio, pero debe saber lo que siento: Jane, soy suyo. Dios, suyo. Soy suyo en cuerpo y alma. Aunque no sirva de mucho.