José A. Pallavicini

Nuestro cuerpo es el templo que alberga y da posada al alma que Dios ha depositado en nuestro interior, por tanto debemos ser buenos anfitriones y cuidar nuestro cuerpo, para que el alma siempre encuentre abrigo y nunca se encuentre en la necesidad de abandonarlo y buscar posada en otro sitio. El odio, la envidia, la codicia destruyen las paredes de nuestro templo, dejándolo sin techo y arruinando los cimientos que la bondad, el amor y la fraternidad han construido.

La poesía ha muerto, puesto que mi corazón se ha dormido.

No existe un solo camino que nos conduzca hacia el creador, a cada uno de nosotros se nos ha dado un camino personalizado para ir tras el encuentro con el señor.

Espero poder morir, para así poder empezar a vivir.

La verdad absoluta se encuentra fragmentada en infinitos trozos plantados en las conciencias de cada ser viviente, y que solo puede ser reflejada si hacemos de cada cosa una sola.

El problema con los seres humanos es que estos siempre están compitiendo con los demás, intentando demostrar quién es el mejor, y se han olvidado que estamos aquí para compartir, no para competir.

No existen hombres malos, tan solo existen hombres equivocados.