Todas las frases de E. L. James
“Me siento atraída, como Ícaro hacia su sol. Yo ya me he quemado, y sin embargo aquí estoy otra vez.”
“Sigo siendo Ícaro, volando demasiado cerca de mi sol.”
“El sarcasmo es la expresión más baja de la inteligencia, señorita Steele.”
“Para correr, primero tenemos que aprender a andar.”
“¿Es usted gay, señor Grey? - ¡Pero qué coño…! ¡No me puedo creer que haya llegado a decir eso en voz alta! La pregunta que mi familia no se atreve a hacerme (lo que me divierte)… Pero ¿cómo se ha atrevido ella? Tengo que reprimir la necesidad imperiosa de arrancarla de su asiento, ponerla sobre mis rodillas y azotarla hasta que no lo pueda...” (continúa)(seguir leyendo)
“Prometo amarte fielmente, renunciando a cualquier otra, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, nos lleve la vida donde nos lleve. Te protegeré, confiaré en ti y te guardaré respeto. Compartiré contigo las alegrías y las penas y te consolaré en tiempos de necesidad. Prometo que te amaré y animaré tus esperanzas y tus sueños y...” (continúa)(seguir leyendo)
“Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a mi vida con tus comentarios inteligentes, tu inocencia, tu belleza y tu tranquila temeridad y todo lo que había antes de ti empezó a parecer aburrido, vacío, mediocre… Ya no era nada.”
“Tienes que elegir bien las batallas que vas a librar.”
“—Me aparta el pelo y me besa la parte baja de la nuca, provocándome unos deliciosos escalofríos que me recorren toda la columna—. Me gusta verte feliz —murmura, y me abraza más fuerte. Contemplo la inmensidad del agua azul, preguntándome qué debo haber hecho para que la suerte me haya sonreído y me haya enviado a este hombre.”
“Solo soy sensaciones. Esto es lo que él me provoca: toma mi cuerpo y lo posee totalmente, de modo que solo puedo pensar en él. Su magia es poderosa, arrebatadora. Yo soy una mariposa presa en su red, sin capacidad ni ganas de escapar. Soy suya… absolutamente suya. —Vamos, nena—gruñe entre dientes cuando llega el momento y, como la aprendiza de...” (continúa)(seguir leyendo)
“Me ruborizo. La diosa que llevo dentro está ahora inclinada de rodillas ante mí, con las manos unidas en un gesto de súplica. —A mí me gusta tu perversión sexual —susurro.”
“Haces esto únicamente porque estás asustado y no confías en mí. —No, hago esto porque finalmente he conocido a alguien con quien quiero pasar el resto de mi vida.”
“Un hombre siempre puede tener esperanzas, Anastasia, incluso sueña, y a veces los sueños se hacen realidad.”
“Tienes que recordar siempre que los hombres vienen de un planeta diferente. Así todo te irá bien.”
“Que Dios me ayude, Anastasia; si no comes, te tumbaré encima de mis rodillas aquí en este restaurante, y no tendrá nada que ver con mi gratificación sexual. ¡Come!”
“Estoy llorando la pérdida de algo que nunca he tenido. Qué ridículo. Lamentando la pérdida de algo que nunca ha existido… mis esperanzas frustradas, mis sueños frustrados y mis expectativas destrozadas.”
“Es solo que a veces me abruma darme cuenta de cuánto te quiero.”
“No creo en la suerte ni en la casualidad.”
“Creo que para tener éxito en cualquier ámbito hay que dominarlo, conocerlo por dentro y por fuera, conocer cada uno de sus detalles.”
“Yo siempre quiero sexo contigo. Reconforta saber que a ti te pasa lo mismo.”
“Además… la expectación es clave en la seducción, y la verdad es que ahora mismo estoy muy interesado en posponer la gratificación.”
“Yo nunca he querido más, hasta que te conocí a ti.”
“—¿Qué sientes? —No haber usado la palabra de seguridad. Él cierra los ojos, parece aliviado. —Podríamos habernos evitado todo este sufrimiento —musita. —Parece que tú estás bien. Más que bien. Pareces tú. —Las apariencias engañan —dice en voz baja—. Estoy de todo menos bien. Tengo la sensación de que el sol se ha puesto y no ha salido durante...” (continúa)(seguir leyendo)
“La expectación es clave en la seducción.”
“Estuve despierto durante horas, contemplando cómo dormías —murmura—. Puede que ya te amara entonces.”
“Mi subconsciente me mira precavida por encima de las gafas de concha de media luna como diciendo: ¿En serio quieres pisar ese terreno?.”
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